jueves, 7 de junio de 2012

Filosofía de la Tecnología


Filosofía de la Tecnología
En medio del “océano para el cual no tenemos barca ni velas” la humanidad se ha establecido en la ciencia. La ciencia es un témpano flotante. Es sólido, dicen los hombres prácticos, dando con el pie; y en efecto, es sólido, y se afirma y se ensancha más cada día. Pero por todos sus lados se encuentra el agua; y si se ahonda bien enuier parte, se encuentra el agua; y si se analiza cualquier trozo del témpano mismo, resulta hecho de la misma agua del océano para el cual no hay barco ni velas. La ciencia es Metafísica solidificada. Pero esa morada [el témpano] perdería su dignidad si los que la habitan no se detuvieran a veces a contemplar el horizonte inabordable, soñando en una tierra definitiva.
 Hoy en día nos encontramos con que la ciencia y la tecnología no dieron respuestas, sino que más bien generaron nuevas interrogantes, y lo que es fundamental, las preguntas más importantes aun están sin respuesta.
Pasado el primer momento de euforia frente a los progresos de la técnica, surgió enfoques más reflexivos:
La actitud de expectativa frente a la técnica moderna está signada hasta el presente por un optimismo general ante el progreso y una ilimitada confianza en las posibilidades de perfeccionamiento de las situaciones humanas. Las raíces de esta actitud en la historia del espíritu pueden remontarse a la secularización de las expectativas cristianas de salvación”

Esta confianza ilimitada en la capacidad de rendimiento de la técnica se refiere, por lo pronto, a las posibilidades de apropiación del mundo físico por parte del hombre. Pero, precisamente en época reciente, los efectos concretos de la tecnificación que avanza sin limitación alguna han puesto de manifiesto que no es posible realizar impunemente intervenciones en el equilibrio ecológico y en la explotación de materias primas y de la energía. También con respecto a las relaciones humanas se ven cada vez más claramente las limitaciones de la disponibilidad técnico – orgánica.

En el ámbito individual, las relaciones fundamentales del hombre se basan en una vinculación inmediata y amplia que abarca a la persona en su totalidad y que, en virtud de su propia naturaleza, no puede ser ni conscientemente intencionada ni sistemáticamente planificada.

Pero también es cierto que algunas de las nuevas tecnologías, que se están incorporando en estos últimos tiempos, prometen además de generar nuevas preguntas, darnos más tiempo para pensar en las viejas respuestas.
Es así como se vuelve más claro que nunca el hecho de que la tecnología va a incidir de modo fundamental sobre nuestra vida futura. Ahora el tema es quiénes van a ser los encargados de determinar que rumbos van a tomar esas nuevas tecnologías, sobre qué ramas se va a profundizar, qué camino se va a seguir al llegar a una encrucijada, qué límites se van a poner al desarrollo de determinadas áreas, y un sinfín de preguntas más, de necesaria rápida respuesta. ¿ Quiénes serán los encargados de dar respuesta a estas preguntas, el mercado, los políticos, los técnicos, los filósofos?. ¿Quiénes?.
Lamentablemente hoy por hoy parece ser el mercado, el que determina que camino debe llevar el desarrollo tecnológico. Y en algunos casos vemos como los técnicos asumen el control en lo referente a otras áreas, como, por ejemplo, determinar hasta que punto es ética una línea de desarrollo tecnológico, a este respecto son muy reveladoras las palabras del Doctor en ingeniería eléctrica Robert W Lucky ,vicepresidente de los Laboratorios Bell:

“En congresos y conferencias los investigadores científicos y los ingenieros hablan de la evolución de la infraestructura informática.
Pero ¿de qué hablamos en realidad? Seguro que no de la técnica. Hablamos de ética, derecho, política y sociología”

Algunos autores de ciencia - ficción también percibieron este fenómeno, Brzezinski, citado por Erich Fromm, en su libro The Technetronic Society plantea “El disidente intelectual orientado ampliamente por el humanismo, ocasionalmente inclinado a lo ideológico(…) está siendo desplazado rápidamente por expertos y especialistas… o por integradores generalizadores, quienes vienen a ser, en efecto, ideólogos caseros para aquellos que están en el poder al suministrarles una completa integración intelectual para llevar a cabo acciones dispares”

Es así como vemos que la filosofía de la tecnología corre el riesgo de caer en una especie dualidad esquizoide, por un lado quienes desarrollan la tecnología la practican en forma intuitiva y/o inconsciente y/o superficial y toman decisiones de carácter fundamental, que superan en muchos casos sus competencias. Y por otro lado vemos como los epistemólogos dedicados al área producen un material en muchos sentidos alejado del presente inmediato y por lo tanto de las nuevas tecnologías, presente inmediato en el cual sería sumamente útil contar con el aporte de quienes están dedicados a esta rama de la epistemología. En caso contrario seguramente continuaremos cometiendo los errores del pasado, con consecuencias más graves, dadas por el mayor potencial de cambio y la mayor rapidez con que ese cambio se produce.
Tal vez donde se muestre en forma más visible esta dualidad sea en el aspecto valorativo de las nuevas tecnologías, siendo actualmente los técnicos con el aval o las directivas del mercado, quienes toman las decisiones destinadas a determinar los objetivos de la acción tecnológica, valorar sus implicaciones morales, sus consecuencias políticas y económicas y por último considerar las influencias culturales del desarrollo tecnológico. Y en algunos casos es aun peor, se desarrollan estas nuevas tecnologías sin un análisis profundo de las consecuencias antes mencionadas.

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